Ser una persona mayor es un honor, por ello, a nivel emocional, conviene decir la edad con satisfacción e ilusión.
1. En primer lugar, las personas mayores suman gran experiencia práctica sobre la vida a todos esos momentos que acumulan en su corazón. Gracias a está experiencia son un referente de sabiduría y de conocimiento en las familias. Por ello, conviene potenciar el diálogo intergeneracional.
2. Las personas mayores dan más valor a las pequeñas cosas porque en la recta final de la vida han aprendido a disfrutar del momento presente. Y este contacto con el ahora es la mayor fuente de bienestar y de felicidad para cualquier humano.
3. El tiempo libre que tiene una persona después de la jubilación también es muy óptimo cuando lo sabe utilizar en un fin constructivo. Por ejemplo, después de la jubilación es hora de que un jubilado realice sus sueños, haga actividades que le gustan y disfrute de su libertad.
4. Los nietos se convierten en un motor de vida para muchas personas mayores que disfrutan de sus nietos con más placer que el que sintieron con sus hijos. Educar a un hijo implica más responsabilidad que jugar con un nieto.
5. Las personas mayores completan el ciclo vital, es decir, pueden disfrutar de la vida desde las diferentes perspectivas que ofrece la edad. Y el hecho de poder cumplir años es motivo de gratitud.
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