La mayoría de los adultos mayores que requieren de auxilio a la hora de los alimentos tienen
también la necesidad de dietas especiales, ya en su composición, ya en su textura, o en su
preparación. Las dietas para diabéticos serán indicadas por su médico, aunque muchos, son
relativamente estables y es posible ser un poco más flexible al alimentarlos.
Otros casos exigen una preparación especial, como aquellos en los que se requieren dietas limitadas
en calorías. Tales dietas se encuentran en el mercado, pero el más apropiado para establecerlas
es el médico que atiende al adulto mayor. Cuando se trata de una persona obesa tiene muchas,
tal vez demasiadas probabilidades, de sufrir infarto cerebral o de miocardio
La situación más frecuente será siempre la de alimentar a un adulto mayor sin dientes, es decir,
sin la capacidad de masticar con facilidad, por lo que una medida ideal la constituyen los purés y
los licuados. Los purés son la comida regular licuada y sin haberla colado (la fibra contenida en
los alimentos será definitivamente benéfica para obrar o defecar con menor dificultad), cuidando
de no revolver todos sus platillos en un solo puré (imagínate a ti mismo comiendo eso). En los
licuados, el elemento dominante es el agua o la leche. Trata invariablemente de percatarte que
sus alimentos sean de buen sabor y temperatura, tal y como lo hacías con tus hijos...¿recuerdas?
Comments