Los adultos mayores, debido a causas fisiológicas, hacen
que su hidratación requiera una especial atención
ya que pueden presentar un deterioro en el mecanismo de la
sed, una disminución del agua total en su organismo debido
a la reducción de masa muscular y modificaciones en el
metabolismo del agua por la toma de algunos fármacos,
sobre todo diuréticos, antihipertensivos y los que actúan
sobre el sistema nervioso central.
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